“Un hombre viejo no es más que una pobre cosa, un andrajoso saco sobre un palo, a menos que el Alma bata palmas y cante…”
Así escribió Yeats en uno de sus más famosos poemas. El poeta nos habla de la disminución del cuerpo. Porque físicamente nos volvemos más tenues y nuestro cuerpo se vuelve más frágil, podríamos pensar que nuestro valor, nuestro ser en sí mismo es menos de lo que fue alguna vez.
Pero – el alma bate palmas y canta. Lo importante de ser viejo no es pretender ser joven. Lo importante es el espíritu de la edad sabia, bendiciones que surgen a pesar del dolor y las pérdidas que el tiempo trae consigo. ¿Quién puede decir que un fuego juvenil es más valioso que una suave, brasa inconquistable? El Midrash enseña que Abraham fue el primero en ganarse el privilegio de parecer viejo – presten atención, el privilegio. Barba blanca, pelo blanco una vida llena de pérdidas, pero su alma batía palmas y cantaba.
He aquí un folleto lleno de sabiduría acerca de la vejez y el envejecimiento, la tierra que todos visitamos si somos bendecidos. A medida que pasa cada año, bate palmas y canta. La primavera es verde y vital, pero el invierno tiene sus bellezas y sus alegrías.
David Wolpe tenía cerca de 40.000 seguidores en Facebook cuando escribió esta reflexión. Es el rabino de Sinai Temple en Los Ángeles, California. www.facebook.com/RabbiWolpe
Traducido por Ría Okret